jueves, 23 de abril de 2020

Continuaron día tras día proclamando la buena noticia.

Hechos 5,34-42

34.Entonces un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, con prestigio ante todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín. Mandó que se hiciera salir un momento a aquellos hombres, 
35.y les dijo: «Israelitas, mirad bien lo que vais a hacer con estos hombres. 
36.Porque hace algún tiempo se levantó Teudas, que pretendía ser alguien y que reunió a su alrededor unos cuatrocientos hombres; fue muerto y todos los que le seguían se disgregaron y quedaron en nada. 
37.Después de éste, en los días del empadronamiento, se levantó Judas el Galileo, que arrastró al pueblo en pos de sí; también éste pereció y todos los que le habían seguido se dispersaron. 
38.Os digo, pues, ahora: desentendeos de estos hombres y dejadlos. Porque si esta idea o esta obra es de los hombres, se destruirá; 
39.pero si es de Dios, no conseguiréis destruirles. No sea que os encontréis luchando contra Dios.» Y aceptaron su parecer. 
40.Entonces llamaron a los apóstoles; y, después de haberles azotado, les intimaron que no hablasen en nombre de Jesús. Y les dejaron libres. 
41.Ellos marcharon de la presencia del Sanedrín contentos por haber sido considerados dignos de sufrir ultrajes por el Nombre. 
42.Y no cesaban de enseñar y de anunciar la Buena Nueva de Cristo Jesús cada día en el Templo y por las casas."

Una sola cosa pido al Señor: habitar su casa

Salmo 26,1.4.13-1

1.De David. Yahveh es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer? Yahveh, el refugio de mi vida, ¿por quién he de temblar?"
4.Una cosa he pedido a Yahveh, una cosa estoy buscando: morar en la Casa de Yahveh, todos los días de mi vida, para gustar la dulzura de Yahveh y cuidar de su Templo."
13.¡Ay, si estuviera seguro de ver la bondad de Yahveh en la tierra de los vivos! 
14.Espera en Yahveh, ten valor y firme corazón, espera en Yahveh.

La multiplicación de los panes

Juan 6,1-15

1.Después de esto, se fue Jesús a la otra ribera del mar de Galilea, el de Tiberíades, 
2.y mucha gente le seguía porque veían las señales que realizaba en los enfermos. 
3.Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos. 
4.Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos. 
5.Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe: «¿Donde vamos a comprar panes para que coman éstos?» 
6.Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer. 
7.Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco.» 
8.Le dice uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: 
9.«Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?» 
10.Dijo Jesús: «Haced que se recueste la gente.» Había en el lugar mucha hierba. Se recostaron, pues, los hombres en número de unos 5.000. 
11.Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron. 
12.Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda.» 
13.Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. 
14.Al ver la gente la señal que había realizado, decía: «Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo.» 
15.Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo."

miércoles, 15 de abril de 2020

La aparición de Jesús a los Apóstoles

Lucas 24,35-48

35.Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan. 
36.Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.» 
37.Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. 
38.Pero él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? 
39.Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como véis que yo tengo.» 
40.Y, diciendo esto, los mostró las manos y los pies. 
41.Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?» 
42.Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. 
43.Lo tomó y comió delante de ellos. 
44.Después les dijo: «Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: "Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí."» 
45.Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras, 
46.y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día 
47.y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. 
48.Vosotros sois testigos de estas cosas.

¡Señor, Dios nuestro, que admirable es tu nombre en toda la tierra!

Salmo 8,2.5-9

2.¡Oh Yahveh, Señor nuestro, qué glorioso tu nombre por toda la tierra! Tú que exaltaste tu majestad sobre los cielos,
5.¿qué es el hombre para que de él te acuerdes, el hijo de Adán para que de él te cuides? 
6.Apenas inferior a un dios le hiciste, coronándole de gloria y de esplendor; 
7.le hiciste señor de las obras de tus manos, todo fue puesto por ti bajo sus pies: 
8.ovejas y bueyes, todos juntos, y aun las bestias del campo, 
9.y las aves del cielo, y los peces del mar, que surcan las sendas de las aguas.

Dios lo ha resucitado

Hechos 3,11-26

11.Como él no soltaba a Pedro y a Juan, todo el pueblo, presa de estupor, corrió donde ellos al pórtico llamado de Salomón. 
12.Pedro, al ver esto, se dirigió al pueblo: «Israelitas, ¿por qué os admiráis de esto, o por qué nos miráis fijamente, como si por nuestro poder o piedad hubiéramos hecho caminar a éste? 
13.El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien vosotros entregasteis y de quien renegasteis ante Pilato, cuando éste estaba resuelto a ponerle en libertad. 
14.Vosotros renegasteis del Santo y del Justo, y pedisteis que se os hiciera gracia de un asesino, 
15.y matasteis al Jefe que lleva a la Vida. Pero Dios le resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello. 
16.Y por la fe en su nombre, este mismo nombre ha restablecido a éste que vosotros veis y conocéis; es, pues, la fe dada por su medio la que le ha restablecido totalmente ante todos vosotros. 
17.«Ya sé yo, hermanos, que obrasteis por ignorancia, lo mismo que vuestros jefes. 
18.Pero Dios dio cumplimiento de este modo a lo que había anunciado por boca de todos los profetas: que su Cristo padecería. 
19.Arrepentíos, pues, y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, 
20.a fin de que del Señor venga el tiempo de la consolación y envíe al Cristo que os había sido destinado, a Jesús, 
21.a quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de que Dios habló por boca de sus santos profetas. 
22.Moisés efectivamente dijo: El Señor Dios os suscitará un profeta como yo de entre vuestros hermanos; escuchadle todo cuanto os diga. 
23.Todo el que no escuche a ese profeta, sea exterminado del pueblo. 
24.Y todos los profetas que desde Samuel y sus sucesores han hablado, anunciaron también estos días. 
25.«Vosotros sois los hijos de los profetas y de la alianza que Dios estableció con vuestros padres al decir a Abraham: En tu descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra. 
26.Para vosotros en primer lugar ha resucitado Dios a su Siervo y le ha enviado para bendeciros, apartándoos a cada uno de vuestras iniquidades.»

La dignidad humana, un regalo de Dios (Sal 8)

Los seres humanos somos el centro del universo, mas importantes que el sol y las galaxias,. Nuestro valor es superior porque Dios nos creo a su imagen y semejanza, no por tener mas cualidades que otros seres de la naturaleza.
Si viajáramos con los astronautas, la visión cósmica nos mostraría nuestra pequeñez. Esta sensación de insignificacncia y grandeza a la vez hace que el salmista exclame"¿que es el hombre para que pienses en el, el ser humano para que lo cuides?"(Sal 8,5). sin embargo, Dios nos tiene presentes siempre en tu corazón.
Al orar con el Salmo 8, reconoce tu grandeza como creación maravillosa de Dios, alábalo con gozo  por hacerte como eres, y asume tu responsabilidad de amar y cuidad nuestro planeta.