jueves, 9 de abril de 2020

El lavatorio de los pies

Juan 13,1-15

1.Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. 
2.Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, 
3.sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, 
4.se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. 
5.Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido. 
6.Llega a Simón Pedro; éste le dice: «Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?» 
7.Jesús le respondió: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde.» 
8.Le dice Pedro: «No me lavarás los pies jamás.» Jesús le respondió: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo.» 
9.Le dice Simón Pedro: «Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza.» 
10.Jesús le dice: «El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.» 
11.Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No estáis limpios todos.» 
12.Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? 
13.Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. 
14.Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. 
15.Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros.

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