lunes, 6 de abril de 2020

Primer poema del siervo de Dios

Isaías 42,1-7

1.He aquí mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma. He puesto mi espíritu sobre él: dictará ley a las naciones. 
2.No vociferará ni alzará el tono, y no hará oír en la calle su voz. 
3.Caña quebrada no partirá, y mecha mortecina no apagará. Lealmente hará justicia; 
4.no desmayará ni se quebrará hasta implantar en la tierra el derecho, y su instrucción atenderán las islas. 
5.Así dice el Dios Yahveh, el que crea los cielos y los extiende, el que hace firme la tierra y lo que en ella brota, el que da aliento al pueblo que hay en ella, y espíritu a los que por ella andan. 
6.Yo, Yahveh, te he llamado en justicia, te así de la mano, te formé, y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes, 
7.para abrir los ojos ciegos, para sacar del calabozo al preso, de la cárcel a los que viven en tinieblas.

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